Dentro de los Trastornos del Espectro Autista y en otros Trastornos del Neurodesarrollo se dan a veces conductas que son desadaptativas, que suponen un problema para la seguridad y bienestar del niño. Estos comportamientos son llamados Problemas de Conducta e incluyen autolesiones, agresiones, destrucción de objetos y otros actos peligrosos. Dada la peligrosidad que suponen estas conductas, es indispensable que el primer objetivo que debe contemplar un profesional que trabaje en el campo del autismo, sea el abordaje de estos comportamientos. Además de suponer una amenaza para la seguridad y bienestar de la persona que emite estas conductas, también lo es para las personas que le rodean como familiares, cuidadores, y profesionales a los que acude. Debe ser nuestro objetivo como profesionales garantizar la seguridad y bienestar de nuestros clientes, por eso es de vital importancia que estos problemas de conducta sean lo primero de lo que nos tenemos que ocupar cuando una familia nos informa de un problema de este tipo. Para el entendimiento y abordaje de estos problemas conductuales nos basamos en las investigaciones del Dr Brian A. Iwata, de la Universidad de Florida, profesional con amplia experiencia clínica en este campo y de reconocido prestigio. De sus investigaciones se extrae la siguiente afirmación: “Se ha demostrado que los mismos procesos que explican el desarrollo de conductas socialmente apropiadas están también implicadas en la adquisición y mantenimiento de los problemas de conducta” (Iwata, Kahng, Wallace, & Lindberg, 2000). Esto viene a decirnos que las conductas desadaptativas son aprendidas al igual que las conductas socialmente adaptativas y que cumplen una función específica. Un comportamiento específico del repertorio conductual de una persona tiene una función que fue aprendida a través de su historia de reforzamiento, es decir, nos comportamos según la historia de consecuencias que haya tenido ese comportamiento en ocasiones anteriores, y esto pasa tanto en los comportamientos que son adaptativos como en los comportamientos desadaptativos. Para reducir una conducta problema, lo que tenemos que hacer primero es determinar por qué se está produciendo este problema de conducta, qué función está teniendo este comportamiento en concreto en ese momento en concreto, qué pasa antes y después de que tengan lugar la conducta problema, en definitiva, qué consecuencias están manteniendo ese problema de conducta. Para determinar qué función está manteniendo una conducta problema, el modelo que seguimos es Análisis Funcional. Su objetivo es determinar qué está reforzando el problema. Se ha demostrado en numerosas investigaciones que hay cuatro tipos de consecuencias reforzantes que intervienen en la adquisición y mantenimiento de los problemas de conducta y que por lo tanto son funciones de dichos problemas. Son: reforzamiento social positivo, reforzamiento social negativo, reforzamiento automático positivo y reforzamiento automático negativo. REFORZAMIENTO SOCIAL POSITIVO.- Es reforzamiento positivo mediado por otras personas, es decir, consecuencias positivas que siguen a una conducta cuando interviene otra persona. Son reforzadores sociales positivos: Acceso a atención, actividades u objetos proporcionado por otras personas. Por ejemplo, cuando un niño se autoagrede, es muy probable que las personas que están a su alrededor se acerquen para intentar calmarle, o inmediatamente se le dé un objeto que quiere, o se le permita realizar la actividad que le apetezca. Conseguir acceso a atención, objetos o actividades que proporcionan otras personas está manteniendo y reforzando la conducta problema y en circunstancias semejantes esta conducta será emitida con mayor probabilidad en futuras ocasiones. REFORZAMIENTO SOCIAL NEGATIVO.- Es reforzamiento negativo mediado por otras personas. Es decir, otra persona termina una interacción, tarea o actividad que resulta aversiva para la persona que emite el problema de conducta. Por ejemplo, un alumno empieza a tirar objetos en una clase para escapar de la demanda del profesor. El profesor termina inmediatamente la actividad. Escapar de la tarea refuerza la conducta de tirar objetos que se dará con mayor probabilidad en circunstancias parecidas en próximas ocasiones. REFORZAMIENTO AUTOMÁTICO POSITIVO.- La conducta produce sus propias consecuencias reforzantes. Hablamos de conductas autoestimuladas. Balanceo, golpeteo con los dedos, son sensaciones autoreforzantes y el hecho de que sean autoreforzantes hacen que estas conductas se den con más probabilidad en ocasiones futuras. REFORZAMIENTO AUTOMÁTICO NEGATIVO.- El comportamiento reduce o elimina de forma automática (sin que medien otras personas) un estímulo aversivo. Por ejemplo, la ingesta compulsiva de comida reduce las respuestas emocionales desagradables presentes antes de comer en exceso, y reducir esas respuestas emocionales desagradables refuerza el comer compulsivamente y hace que en ocasiones futuras se vaya a repetir este comportamiento con mayor probabilidad. Una vez tenemos identificadas las consecuencias que mantienen el problema de conducta, debemos desarrollar un programa de intervención que tenga como objetivo la reducción de esta conducta y el aprendizaje de otras alternativas que cumplan la misma función que estaba cumpliendo el comportamiento peligroso, es decir, buscar otras consecuencias que compitan y neutralicen las que estaban manteniendo el problema de conducta. Algunas estrategias para trabajar este objetivo son: Manipular los antecedentes que llevan a esa conducta, eliminar el reforzamiento de la conducta o reforzar la ausencia de problemas de conducta o la ocurrencia de conductas alternativas.
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ABA son las siglas de Applied Behavior Analysis, en español, Análisis Aplicado de la Conducta.
Se define como una “ciencia en la que se aplican las tácticas derivadas de los Principios del Comportamiento para mejorar comportamientos socialmente significativos…” (Cooper, Heron y Heward 2007). Es una aproximación al comportamiento humano, una metodología de enseñanza basada en los Principios del Aprendizaje y el Comportamiento que permite descubrir qué variables ambientales están influyendo sobre conductas socialmente significativas. Hay 7 características que definen Aba: (Baer, Wolf y Risley 1968) APLICADO: se refiere al compromiso de Aba de mejorar comportamientos que hagan progresar las vidas de las personas. COMPORTAMIENTO: La conducta escogida debe estar en necesidad de mejora y debe ser medible ANALÍTICA: Debe demostrarse relación Funcional entre los eventos manipulados y un cambio medible en la conducta. TECNOLÓGICO: Se puede replicar. CONCEPTUALMENTE SISTEMÁTICO: Las intervenciones se derivan de los Principios básicos del comportamiento EFECTIVO: Produce resultados prácticos para las personas implicadas. GENERALIDAD: Los cambios que se generan en el comportamiento son perdurables en el tiempo y se extienden a otros entornos y otros comportamientos. Es un método considerado como una de las mejores prácticas para el tratamiento de niños con Trastorno del Espectro Autista, y necesidades educativas especiales, así lo demuestran numerosos estudios científicos. “Es el único método que utiliza los procedimientos más y mejor evaluados empíricamente…” (Jacobson y Mulic, 2000; Rosenwasse y Axelrod, 2001, 2002; Schreibman, 2000) El departamento de Salud y Servicios de EEUU lo reconoce como tratamiento de elección para el autismo. (United States Public Health Service, 1999). Los programas que utilizamos basándonos en esta metodología abarcan todas las áreas del desarrollo con el objetivo de promover nuevas conductas y disminuir aquellas que son perjudiciales, como los problemas conductuales. Es nuestro deber proporcionar el mejor servicio avalado científicamente, por eso proporcionamos servicios basándonos en Análisis Conductual Aplicado (ABA). |
AutorRita Jiménez ArchivosCategorías
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